El impacto ambiental de los productos menstruales desechables
Es un gran logro que cada día existen más personas comprometidas con el cuidado del medio ambiente que están optando por utilizar productos reutilizables. Aunque hemos crecido bajo la ilusión de que muchos productos tienen que ser desechables, la realidad es que esto no es cierto. Muchos de estos productos pueden ser sustituidos por versiones reutilizables, como lo son los vasos por los termos, las bolsas de plástico por las de tela, y las toallas y tampones por la copa menstrual.
Cada día se habla más de los “plásticos de uso único”, es decir, aquellos productos desechables que se utilizan por unas horas y luego se tiran. Ahora, si estos productos fueran biodegradables no serían un problema porque se degradarían y pasarían a formar parte de la tierra otra vez. Sin embargo, el plástico es un material compuesto y como ha sido alterado tantas veces no es biodegradable, o por lo menos tarda aproximadamente entre 500 y 800 años en desintegrarse. El problema es obvio: un producto que usas unas horas o unos minutos pasa a contaminar el planeta por más de medio milenio. ¿Qué agrava esta situación? Que cada día somos más personas y por lo tanto, cada vez se usan más de estos productos.
¿Qué pasa con los productos menstruales desechables?
Aunque las toallas y los tampones aparentan ser productos “naturales” por contener elementos como el algodón, la realidad es que la mayoría de ellos están hechos con productos sintéticos, es decir que no son naturales. Aún cuando estos productos contienen elementos naturales, se mezclan con químicos que alteran completamente su composición. Actualmente, la mayoría de las toallas femeninas están hechas casí en su totalidad de plástico y los tampones están hechos principalmente de algodón y rayón (un material sintético) o una mezcla de los dos. Ahora, aunque el hecho de que los tampones estén hechos de algodón puede hacer que parezcan más “naturales”, es importante mencionar que se trata de un algodón alterado químicamente. Para darle a los tampones una apariencia blanca y pura es necesario utilizar químicos blanqueadores como el cloro. Además, la mayoría de tampones vienen con un aplicador que suele ser de plástico y por lo tanto no es biodegradable. Pero esto no es todo, porque los plásticos y materiales de los productos menstruales desechables tampoco son reciclables, es posible que el aplicador de tu primer tampón siga flotando en el oceano ahorita.
Pero ahora hablando de cifras en concreto, ¿cuál es el impacto de una sola mujer? En promedio, un mujer utilizará aproximadamente 11,520 tampones o 17,280 toallas femeninas a lo largo de su vida, lo cual equivale a 60 kg de residuos. Esta cifra puede parecer pequeña, pero si juntamos la basura que generan todos los productos femeninos de todas las mujeres de todo el mundo, ¡estamos hablando de 100,000 toneladas de desechos al año! Recordemos que la mayoría de los plásticos nunca se van a biodegradar, y que si sí lo hacen tardaran por lo menos 500 años. Esto quiere decir que el extraordinario impacto medioambiental de una sola mujer va a resonar por mucho tiempo después de su propia vida.
Ahora a lo mas importante, ¿qué se puede hacer? La respuesta es simple: reemplazar estos productos desechables por unos reutilizables, como la copa menstrual, las toallas de tela y la ropa interior menstrual. Una pregunta que recibimos frecuentemente es si la copa es biodegradable, la respuesta es que no, pero si piensas que una sola Copa Coral puede durar hasta 10 años, entonces estás evitando el uso de 3,600 productos desechables y esto ya es un gran alivio ambiental. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer, como desarrollar una copa menstrual biodegradable, pero no debemos perder de vista que hay cosas que sí podemos hacer hoy. Cada mujer que opta por cambiarse a la copa está contribuyendo a algo mucho mas grande, con un impacto que trasciende más allá de ella: ayudando a preservar el medio ambiente, y a construir un mundo mejor.
Fuentes:
https://www.unenvironment.org/es/news-and-stories/reportajes/toallas-sanitarias-para-frenar-la-contaminacion
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